Lo que Aprendí en Paris
Estas semanas anteriores han sido muy locochonas, desde mensajes de facebook que te llevan a Paris hasta el reforzar que un día es mágico y no regresará jamás. Forzosamente tengo que hablar de la separación de Massimo con sus papás, o al revés mas bien jaja, seguramente es más al revés porque el estuvo acompañado de toda nuestra familia todos los días que seguro ni chance tuvo por estarse divirtiendo con cada uno al máximo, como hacen ellos, los niños. Alguien unos días antes por teléfono me dijo, ni exageres y te preocupes por el, ¡ellos son los más adaptables! Mis pensamientos solo se enfocaban a disfrutar, disfrutar unos días libres con el antes de irnos, disfrutar las largas horas de vuelo con Piero y disfrutar Paris a su lado.
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Massimo es, como todos al regreso me dijeron, un niño feliz, seguro de lo que quiere y que se deja querer por su familia. Entiende todo perfecto, aunque solo hable unas cuantas palabras, todo repite, y a su año y medio es inteligente. A nadie le hizo pasar un rato de berrinches, solo cuando se trata de galletas, pero también entiende que son solo unas pocas y al rato se juega y al rato se vuelven a comer. Cuando nos fuimos no estaba comiendo mucho, apenas le salía otro diente y le entendía todo lo que decía. Cuando llegamos ya tenía el diente de fuera, come de todo literal y la primera vez que me dijo algo, no le entendí :( jajajaja.
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La separación para mi fue positiva. No me había dado cuenta de cuanto tiempo pasamos atrás de ellos (a veces de mas de lo que realmente necesitan), nos preocupamos porque muevan una cosa, se caigan al suelo, se vayan a pegar en la mesa, resbalen su vaso, se mojen, se ensucien, etc, etc. Y ¡ah que descanso fue darme cuenta! Descansé de pensar que todo ese estrés mental solo esta ahí, en mi mente y el gran porcentaje de esos pensamientos son perfectamente tirables a la basura. Por ahí en un libro de Carlos González recordé que dice que los dejemos HACER, sin embargo, no los vas a dejar cruzar la calle solos por obvias razones.
La separación además de hacerme consciente de que somos tres personas y un perro viviendo en casa, que los cuatro tenemos actividades, necesidades y cosas por compartir entre nosotros, y finalmente cada uno tiene su vida, su tiempo y su espacio, ¡a disfrutar a cada uno de ellos! No había podido visualizarme en los meses pasados por estar sumergida en mi rutina, mis preocupaciones y mis deberes, además de cumplir mis sueños.
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Este viaje empezó algo así:
Hola Aro! Oye tienes que venir a París a hacerme mi sesión fotográfica embarazada!!!! Jaja. No sabes como me gustaría tenerte más cerca.
Entre que me dijo que era temporada baja allá, que me ofrecía su casa, pasaban los días, luego que su roomie estaría de viaje, que los vuelos están baratos, otros días mas dandole vueltas, y después que es nuestro aniversario, sin más, me convenció. Lo platiqué con Piero y un día ya estaba apartando nuestro lugar...
Al llegar a Paris nos sorprendió un aire y lluvia que no esperábamos, íbamos a Paris en calorcito así que todos los días tuvimos que portar chamarra invernal y térmicos. El depa de Gaby esta a unos pasos de la terminal que llegamos, habíamos disfrutado todo el viaje durmiendo y viendo películas, y disfrutamos mucho el recibimiento con una cenita hecha por el novio, Santiago. Nos instalamos y preparamos el día siguiente porque no teníamos nada planeado y por el frío decidimos que seria día de Louvre. Con los tips de residentes nos fuimos directo a la boletería del Carrusel, que es el centro comercial por debajo del museo, nos ahorramos un tiempo y entramos. Fuimos a dos salas solamente, donde esta la Monalisa y las esculturas italianas, donde se nos fue la mayor parte del día porque por dormir a nuestras anchas despertamos ¡a las 11 de la mañana!
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Al día siguiente, que era domingo, yo había planeado las sesiones que tendría y por decisión de la familia fue alrededor de la torre Eiffel, así que Piero con todo el apoyo de siempre, nos acompañó al lugar. Llegamos justo donde yo había visto varias fotografías famosas, donde esta el Museo de la Marina, y ahí estaba la Torre esperando. Trabajé un rato, comimos y caminamos de la Torre hasta donde esta la Estatua de la Libertad.
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Mucho platicamos, en una ciudad como esta que es bella desde siempre, cómo va tomando importancia cada elemento al pasar el tiempo, cómo de odiar este monumento en un inicio la gente francesa llegó a hacerla tan suya que es visitada por miles y miles de personas, ¡pero miles! Para mi, es muestra de que el tiempo es la clave.
Al dia siguiente para los franceses era día feriado, el lunes santo, y fue el día que mas nos movimos, empezando con la Iglesia del Sagrado Corazón, era la parte que mas quería visitar porque es el lado bohemio de Paris, esta la Plaza de Tertre donde se ponen pintores y artistas a vender sus pinturas o a hacerte un retrato, a mi siempre me ha fascinado ver cómo se plasma un retrato en un papel; también es la zona donde se grabó la película de Amelie, que es un placer de colores ver y teniamos que ir, además de que esta cerca el Moulin Rouge.
Caminando nos topamos con el Museo de Salvador Dalí, pffffff, un golpe de inspiración y de admiración. Mi pieza favorita fue su versión de Alicia en el país de las Maravillas, me sumergí tanto en la narración de su obra, de toda, que me recordará por siempre que todo artista está inspirado en otros, y siempre con sus herramientas hace y crea la mejor versión de ella a través de su vida.
En el cafe de los Dos Molinos nos encontramos con Gaby y Santi que nos llevaron al Arco del Triunfo y a los Campos Eliseos donde nos sentamos en el café famoso de LaDureé, que es EL lugar de la pastelería francesa. Caminamos toda la avenida de los Campos Eliseos para llegar a ver la Torre de noche.
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Acabamos muertos el dia anterior, y el martes nos quedaba visitar el Museo D´Orsay, impresionismo y esculturas, Monet se lleva el museo para mi, pero hay unos cuadros impresionantes de Manet, Renoir y Van Gogh. Pudimos ver un Picasso hermoso al inicio de nuestro recorrido y si te quedas sin aliento porque estás frente a un original. Piero me llevó a un cuadro de Monet de un florero que había visto en la vida y es hermoso. Lo que me llamó mucho la atención fue ver que todos los visitantes tomaban fotos a las obras, reflexioné en lo poco que vivimos el momento, en la mente nos predisponemos a guardarlo en una imagen (y eso que a esto me dedico) en vez de disfrutarlo en vivo...
Hubo un momento donde me empeñé en tomar una foto y esperé, no lo suficiente porque me dejé presionar por las personas que pasaban y no obtuve lo que yo quería. Piero me decía que cual era el propósito, y algo molesta le dije que la foto que no he tomado es la que más quería (esa que esta en tu mente)... pero al instante reflexione justo lo que estaba viendo en los demás y le dije, pero la foto que no tomé es porque la viví, y nos reímos por el momento de inspiración.
Pocas fotos tomé de los cuadros porque al estar ahí lo que quieres pensar es cómo diablos le hicieron, con qué detalle, en qué momento, todo, y esta es la que me recordará esos instantes frente a Van Gogh.
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Un trato silencioso entre Piero y yo es caminar la ciudad en una calle donde estén tiendas de diseñadores de objeto, este día antes de llegar al museo caminamos el Bulevar Raspail, acabamos en el museo, buscamos una exposición de Vivian Maier, que no tuve suerte de verla porque era en Versalles en vez de Paris, y terminamos cenando con nuestros anfitriones en el Chartier, que agradezco muchísimo nos hayan hecho vivir lo tradicional de la ciudad, es un restaurante donde hay filas y filas para entrar, muy característico de los franceses en su interior y la comida es la típica francesa.
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¡Y ya era miércoles! Nuestro ultimo día que decidimos pasar en el Centro Pompidou de arte contemporáneo, inicie el día con la otra sesión documental en un parque cerca del depa de Gaby y luego nos fuimos Piero y yo para la galería, ahí estaba una exposición interesante de qué es la fotografía, reforcé que el tiempo va a pasar y lo único que sobrevive es una imagen, la idea de la exposición es REFLEXIONAR qué es la foto, técnicamente o no, cada fotógrafo expuesto lo dice a su manera ¡y me encantó! También hay un espacio fijo para Jeff Koons, famoso por su perrito en globo rosa. Terminamos comiendo la típica crepa, caminando por el centro y las tiendas comerciales para las ultimas compras y terminamos exhaustos listos para regresar a San Luis.
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Al final del dia estaba sentada esperando a Piero fuera de un supercito, llevaba unos diez minutos viendo pasar todo tipo de personas, a mi me encanta verlas, imaginar a donde van, quien los espera, etc., y creo que no puedo resumir mejor este viaje a Paris: todo pasa, hasta yo, que lo que quede de mi esté en el corazón de los míos y las fotos sólo sean un medio que me recuerde.
Gracias Gaby y Santi, por todo.