Realidad Cotidiana

¿No te pasa que cuando estás dandole vueltas a algo de pronto te llega una nota, un libro, un link o algo que te refuerza, afirma o niega lo que justo estabas pensando?

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Así justo me pasó ayer. Cada vez que tengo en mi cabeza un pensamiento importante para tomar una decisión a la que le doy vueltas por todos lados, siempre en el fondo ya sabia qué decidir sobre eso, solo que otros pensamientos que llegan ante la duda aparecen y se hacen persistentes por un rato, mientras decido darle mas tiempo a esa decisión.

También se que estoy en el octavo mes de mi embarazo y que vuelve el cansancio junto a los achaques físicos por la carga del peso del bebé, que en este segundo sí es solo el peso del bebe jaja no como con Massimo que cargaba el mío extra mas el de el; y no se diga de los sube y bajas hormonales ante los próximos cambios.

Entonces, decisiones importantes no puedo tomar hasta que haya pasado todo esto y este de nuevo “yo", o un día me daré cuenta que la decisión ya la tomé y todo marcha bien. Sea cual sea la encrucijada en la que te encuentres te quiero compartir algo, porque todos lo vivimos y porque son situaciones que nos llevarán a un aprendizaje nuevo. Así que ahí te va.<

Mi encrucijada es real e inminente (jaja si si, asi de dramática), es el cambio, mi proceso al volverme mamá. Mi preocupación constante de que cada día es distinto y no hay en realidad un movimiento constante en mi profesión, sea la gráfica o la de foto. Es un sube y baja de actividades, unas veces muy constante y otras en el olvido totalmente. ¿Llegará a un equilibrio? Definitivamente hoy la respuesta es NO y ya la acepto.

Alguna vez una amiga me dijo, las mamás que trabajan se quejan o se atormentan porque no ven a sus hijos lo suficiente y se pierden de su mejor etapa, a la vez, las mismas mamás que no trabajan que sí pueden estar viéndolos se preguntan si fue la mejor decisión quedarse o haberse ido a trabajar como antes era mejor, y yo añado por ultimo, estamos las mamás que hacemos ambas cosas desde casa y nos preguntamos aun si algún día habrá un equilibrio en ambas cosas, profesión y ser mamá, o si mejor me meto a trabajar a algún lado o si mejor tiro la toalla de todo lo que estoy realizando profesionalmente para ser libre de juicios mentales siendo solo mamá.

¡Ay ya! Ya me cansé de estar atormentándome, porque solo nosotras lo hacemos, y sabemos hacerlo super super bien. Llego a la conclusión que ese tormento no me sirve de nada, solo hace eso, preocuparme, angustiarme y tenerme en un rincón sin saber para donde ir. Solo soy.

Como buena virgo (me entenderán perfecto las virgo jaja) la perfección es parte de mi más profundo ser, y en definitiva, harta de ella, ya la mandé a volar por el momento. Me ha costado muchísimo, pues es mi mas grande miedo: no ser perfecta, pero de eso se trata la vida: si te da miedo, enfréntalo, y lo mas pronto posible porque sino se nos van los años.

Gracias a ir a CDMX hace un mes con Ana, de Ellas Workshop Punto Com, y conocer a Anna Adoue para que me recomendara un libro, de pronto leo lo siguiente que redactaré como lo comprendí. El libro es de Jacqueline Kramer, se llama Buddha Mom y lo pedí en Amazon. Hasta hoy es de los libros que me han puesto en la boca las palabras de sentimientos que no había podido descifrar tan fácil, les comparto una parte, y esta fue mi frase donde me cayó el veinte:

“There is a sort of death that occurred when I became a mother. I gave up part of my ego so that my child could thrive. Being a mother takes considerable time, energy and focus. I felt a sense of impending death during pregnancy, childbirth, and early mothering. I now realize that it wasn’t physical death that I felt breathing down my neck. The death I felt was the death of certain aspects of my ego. To be the mother I wanted to be I needed to be less of my “self” and thus more available to nurture another. I had to grow up. Selflessness in a culture that asks us to be self-full, is one of the central spiritual practices in which the modern mystic mother is engaged.”

Lo que ha pasado en mi durante estos últimos años es que antes de diciembre 2012 mi ego estaba ocupado en mil cosas, en crecer, aprender, comerse el mundo, hacer, hacer y hacer más porque nada me parecía suficiente, y en ese entonces, Arody era la master en todo lo que realizaba y de verdad así me sentía, nadie ni nada me detenía.

Mi “muerte” empezó el día que elegí y que gracias a la vida pude lograr ser mamá, que ahora veo como el primer paso de esta transformación, y que de pronto estaba embarazada. Mi “ego” se ha ido desvaneciendo, mis miedos creciendo pero a la vez, a la vez siento una paz increíble dentro de mi, y eso me esta gustando mucho. Disfruto más de mi presente.

Mi vida profesional no es lo más importante, fallarle a las expectativas de la gente tampoco, decidir no hacer cuando no quieres algo, hablar con honestidad, sincerarse con uno mismo son las cosas que me acercan al ideal que he tenido en mi mente durante mucho tiempo, cuando antes no había redes, amigos por todo el mundo, expectativas imaginarias… Ahí, donde solo imagino una y otra vez a una persona de “antes" en el cuerpo de mi abuela que no conocí, en el patio central de su casa como esas del centro, sentada en una mecedora disfrutando de la tarde pasar, cargando a su hijo, viéndolos correr, cocinando, leyendo, jugando o simplemente sintiendo la brisa del aire.

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Arody Sanchez

Buscando plasmar la verdad, me fui transformando de profesionista a esposa y mamá. Mi mundo está lleno de romanticismo al estilo de ‘orgullo y prejuicio’, observar flores, miradas y sentir una gran necesidad de crear.

Conectar contigo y crear imágenes donde puedas descubrir la hermosa belleza de tu vida actual es mi misión en la vida.

Bienvenida a mi espacio.

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