Reinventándome
Definitivo, el volver a ponerte la etiqueta de working momma es difícil ¡Peeeeroooo! ¡Si se puede! Hoy lo estoy viviendo y estoy muy contenta. Volviendo a comprobar que todo se pone en su sitio en el momento correcto, me estaba ahogando en la decisión que se notaba desde lejos en mis publicaciones de las redes. Querido facebook personal: Hasta pronto. Fanpages: Son lo máximo. Instagram: Básico. Twitter: Complemento. Querido blog: Siempre fiel y mi alma.
No me costó decidir dejar mi trabajo anterior para estar en casa con Massimo, pero si me costaba dejarlo solito (con monitor, ojo de águila, juguetes, su amiga Bella, etc.) para venir a sentarme en la computadora. Seis meses así, haciéndolo sin hacerlo, hasta hoy, ¡bendito hoy! Durante el fin de semana me la pasé viviendo con la parte femenina de la familia que nos visitó de Guadalajara y de verdad que cómo hacen falta, aquí están las amigas pero cada quien en sus ocupaciones y viviendo sus fines de semana con sus familias, es normal, pero la familia de uno ijole, es LA FAMILIA, y la parte femenina ni se diga, mi conclusión es que las mujeres que rodean a una recién mamá tienen el deber moral y familiar de estar junto a ella para ayudar en lo que sea de por vida jajaja. Mi mamá es incondicional pero cuando estamos las tías, primas y amigas es INVALUABLE, es una convivencia distinta, tan nuestra, tan rosa, tan perfecta. Todas nos entendemos sin hablarlo aunque lo hablemos por horas.
Ayer en la tarde, con esa relajación y dosis familiar, me dejé llevar para ver una película de tres horas con Piero y Massimo en la casa, antes hubiera dicho ¡Tres horas! ¡Qué te pasa! ¡Jamás! Piero, en algún momento me dijo que ya lo dejara tranquilo, que no lo distrajera pues el jugaba y jugaba pero yo de pronto de intensa con el pendiente en mente de que igual se aburría… Ok, le dije y me acosté a ver la peli… Con decirles que sólo pusimos pausa una vez y fue porque ya eran las 7:30 para iniciar el ritual del baño.
Ambas cosas fueron las que me impulsaron a decidir darle un giro a mi nueva vida: relajarme más y darle horario "laboral" a mis días, sentir esa calma de estar acompañada y llenarme de su energía. Le expliqué a Massimo que nuestros días cambiarían, ya no serían sorpresa o a ver cómo va el día, sino con una rutina porque lo necesito y ahora me doy cuenta que el también. Parecía raro estarle diciendo mis planes y dejando claro que primero está el ante cualquier cosa que "tenga" que hacer. Hasta hoy, un éxito.
Massimo ha jugado, comido, respirado aire fresco y hasta este momento, lleva una siesta de dos horas :O. El hasta ayer es el niño de los veinte minutos. Veinte minutos juega, veinte minutos duerme, veinte minutos platica. Pero ya me di cuenta que eran MIS veinte minutos para cambiarle de actividad que con un poco de gemido según yo, el me pedía.
Moraleja: RELAJEN un poco ese músculo que se llama MAMÁ y disfruten de su bebé y de su vida, no dejen su vida por la del bebé, ni den por sentado que ya no pueden hacer nada hasta los no se cuantos años tenga el bebé para retomar sus cosas. Entre más disfruten ustedes de su vida, él lo sentirá y lo disfrutará contigo. Muy buen consejo de mi hermano.
En fin, para acabar esta publicación, empiezo con la serie de promociones que tendré estos meses y no se pueden perder porque yo encantada estoy organizando todo para consentir a mis clientes desde este mes de mayo, festejando a las mamás, hasta septiembre, donde celebro que cumplo mi quinto aniversario de dedicarme a la foto.
Así que: ¡MAMÁS CLIENTAS! Estén atentas que empiezo con ustedes. ¿Cómo les gustaría que las festejen en casa?