80 días en casa
En una de nuestras salidas en bici al principio de la cuarentena.
Llevamos 80 días en casa, cambiando la vida como la conocíamos por la pandemia, tratando de ser mejores y más abiertos a lo que se suponía que debíamos estar haciendo en nuestro año productivo. Jamás imaginaría que tendría que dejar mi estudio, ni los niños, ni Piero, nadie. Que a solo 8 meses de haberlo abierto y de disfrutar de hacer fotos y diseño para mis clientes, tendría que decirle adiós en un solo día. Las noticias llegaban de a poco, pero yo sabía que tenía que hacerlo. No podría sostener estar en casa con los niños, ir al estudio a “trabajar” (¿con quién?) pues todos estábamos igual, la fotografía se detuvo para mi y mis clientes. El diseño no, porque todo puede ser remoto y agradezco infinitamente a mis clientes que seguimos adelante echándole ganas juntos.
Le lloré todo lo que pude en unas horas, me desahogué con Moni y entregué las llaves sin más, ni para que voltear para atrás. Hacer lo que hay que hacer. Quitarlo literal me quitaba presiones económicas. Había mas que razones positivas de disfrutar estar en casa con ustedes. Tanto como lo había soñado ¿no? En algún momento consideramos hacer homeschool, pero eso es otra historia. Entonces mudamos lo del estudio a la casa.
La verdad que ha sido como un sueño, una burbuja, durante todo el tiempo que hemos estado en esta casa, la hemos habitado por fin, hemos gozado de estar juntos todo el día y tuvimos que reaprender nuevas cosas como darnos espacios.
De pensar que con niños en casa “no podíamos” lograr tantas cosas, ahora nos hemos dado cuenta de que sí podemos. Somos increíbles.
De tenerlos encima de mí al hacer ejercicio al principio de todo esto, ahora se ponen a hacer ejercicio ustedes también, cerca o lejos de mi.
De pensar que no podía trabajar con el “mamá, mamá” escuchándolos, hemos podido hacerlo, en partes y si es posible, y no pasa nada si lo hago en partes.
Han crecido 1 centímetro desde que estamos aquí.
Hemos aprendido y me incluyo, a comer mejor, más saludable y menos atareado. He aprendido a cocinar con gusto, a dejarle de tener miedo a las cantidades enormes y a atinar una receta, sé que por derribar el hecho de “hacer de comer” es por eso que ellos esta semana me tienen sorprendida de todo lo que ahora comen y no comían, desde atún, salmón, guacamole, verduras (aun escondidas pero al fin verduras). Ijole, de verdad estoy con más ganas de aprender. Les encantó mi primer pizza y mi primer pan no me quedó tan mal.
Hemos aprendido a dejar trabajar a papá sin molestarlo porque aprendimos a saber cuándo está en junta o resolviendo algo importante. El también aprendió que sí se puede.
Hemos aprendido a colaborar, a recoger, a organizar, a ser parte de una mini comunidad.
Ha sido increíble y cansado claro, pero saber y sobre todo sentir que lo más importante de mi vida está en ésta casa, en las paredes que en silencio guardan sus risas, sus gritos, sus peleas, nuestras pláticas, los susurros y apapachos. Toditas sus emociones.
Hemos conocido nuestro entorno, la cuarentena nos ha hecho conocer los alrededores de nuestra casa, sentir las calles, lugares nuevos, explorarlos, ver casas. Creo que esto sí que no lo hubiéramos hecho sin la cuarentena porque todos llegábamos y salimos de casa en el coche tristemente.
Hemos valorado lo que es nuestra familia. Sentirla y disfrutarla. Gozar de las pláticas, de saber de sus vidas, de interesarnos sin solo pensar en nosotros.
El estudio trasladado a mi casa, comedor, trabajo de los niños, cambió por completo y por fin lo empezamos a usar, el cuarto menos usado en mi casa.
Talvez tenga que soltar aún más, porque yo siento que desde que ellos nacieron he estado soltando todas mis ideas erróneas de la vida, mis emociones acumuladas y también erradas. He aprendido de nuevo todo, me escucho con mucha mas atención.
No sé si siga haciendo foto, diseño, dibujos, escribir… todo eso me mueve pero hoy por hoy sé que solo tengo que poner atención a mi, todo lo demás vendrá y será perfecto.
Espero que todas estemos bien, hagamos algo por nosotros todos los días sin pensar en los demás y sobretodo que sepas que sé que todo esto es pasajero, no somos perfectas y hay días que como tu, no me aguanto mi humor, mi cansancio y el pesar de saber que aún falta. Y para quienes están leyendo hasta acá, les puedo compartir mi organizador semanal con el que me facilito visualmente lo que tengo que hacer en la semana, estoy segura de que te puede servir tanto como a mi, descárgalo, te lo regalo.