Cuando crees que no tienes nada más que soltar… Semana Santa, 2024
Estas vacaciones estaban planeadas como desde hace meses, viajaríamos a Allende, N.L. con mi mamá a visitar a los primos y tener unos días relajados olvidándonos de toda la rutina vivida estos meses. Los respiros hacen falta. En mi caso, no había parado todos los fines de semana con la sesión de Flores para mí y si que me hacía falta parar.
Las vacaciones de los niños se sincronizan con las mías pues cambia toda la rutina familiar y mis tiempos también.
Entonces, decidí soltar el tiempo, no hacer mucho o hacer nada y disfrutar de los días en casa y con este viaje tendríamos un cambio de aire.
Lo que no contaba era que mi coche decidiría no seguirnos y pararnos a dos horas de aquí para tener que regresar a casa y atender su asunto que parecía más importante.
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Regresamos y mis hijos muy tristes porque no sabíamos qué sería y teníamos que esperar. Total, dejamos este y salimos en otro dos días después. Llegamos allá y los niños tuvieron unos días libres en todo el sentido de la palabra, llegué a desconectarme, como que todo lo del coche me ayudó a soltar más y más otras cosas, desde el rush de mis meses anteriores, el trabajo, mi casa, pendientes y responsabilidades, mi estrés con el uso de pantallas, el coche en si, etc.
Así como cuando crees que no tienes nada más que soltar… Siempre hay algo más, créeme.
Pero como al final siempre decimos, todo vale la pena por ellos, y los llevé pensando en lo padre que iban a estar los días, comiéndose los iPads, nadando, corriendo, jugando con sus primos. Días de muchas memorias juntos…
Llegando aquí nos lanzamos a Semilla Cafetería de Campo en jueves porque esta llenisimo el fin de semana y también a darle una vuelta a Cerro de San Pedro, comimos delicioso en el restaurante frente a la iglesia y compraron algunas piedras bien bonitas que los niños encontraron en una platería entrando al pueblo.