Por más dias sin celular
El domingo pasado después de habernos elevado, los cuatro juntos, en un globo aerostático en el parque Tangamanga, fuimos al área de comida donde me senté con mis hijos a esperar a que mi esposo llegara con nuestro desayuno, subí un video a mi Instagram de la elevación, caminamos a otra área de globos, tomamos unas fotos, y enseguida, mi celular ya no estaba en mi chamarra. Llamamos y buzón. Señal indiscutible que no pensaban regresarlo y sin más, activé el modo perdido.
Primero mi mente quería descifrar en donde se me pudo haber caído, jamás pensé que me lo hubieran sacado de la bolsa aunque era una posibilidad. Busqué en donde habíamos estado pero que la llamada entrara al buzón me dejaba muy en paz en no tratar de seguir buscando. Estaba perdido.
Mis fotos no eran importantes, mis conversaciones tampoco, todo lo que depositamos en un aparato me importaba poco. En realidad, no guardo nada en el celular que no pueda verse en otro. Mi cuenta de Instagram puede verse en un navegador, he publicado siempre desde mi compu. Las poquitas fotos que tenia eran de unos días antes nada más, tomo mas fotos con mi cámara que con el celular de cualquier forma. Mi vida no esta ahí.
Después, pensé en todos los audios que nos mandábamos mi suegra y yo antes de que muriera y se me apachurró el corazón, pero me pesaba aun más, pensar en los audios que Massimo le mandaba a ella. Al final, me reconforté con saber que las conversaciones no se quedan en un aparato o en una aplicación, mas bien, se quedan impresas en uno.
Mi intuición me hacia sentir despreocupada, abierta a vivir la experiencia de no tener celular y en el fondo de mi corazón lo estaba esperando. Más tarde fui a ver qué tenia que hacer para no perder mi numero o preguntar siquiera cuanto tendría que gastar de nuevo para tener el que sigue… Ibamos a suspender el servicio para que no se hiciera mal uso pero Piero me dijo: eso es darlo por perdido. Porque si no tiene red no se va a conectar a internet y no va activar el modo perdido. Para mi, es como decirle al universo que no lo quieres ya… Hice caso y lo deje activado.
Lo que pasó después te puedo decir que fue increíble, sentí una desintoxicación que me hacia darme cuenta de todos mis errores SOLO por tener celular. Como persona, como mamá, como hija, como hermana, como todos mis roles.
Lo que aprendí:
En vez de conectarme, hace todo lo contrario, me desconecta. Apenas tenía un tiempo sin hacer nada y lo agarraba para ver que sucede en el mundo. En una comida familiar, en dónde queda el convivir, si en cada momento que “nos aburrimos” lo tomamos para ver que hay por allá. El día que llevo a mis hijos a los juegos, espero un segundo que corran a otro lado para verlo de nuevo, porque me lo merezco, porque no paso suficiente tiempo haciendo mis cosas ¡pero si me la paso haciendo mis cosas!
La creatividad no me llega. Como mujer creativa me quejaba de no sentir ese “momento ah-ha” hace mucho porque precisamente no me aburría ni un segundo. Cómo pienso crear algo si no me doy ese tiempo.
No tengo tiempo. Nos quejamos de no tener tiempo para nada cuando perdemos tanto de el en el celular.
¿Cómo solucionar todo esto?
Determinando que solo es UNA herramienta.
1. Herramienta de comunicación.
Dejar de textear, si quieres decir algo háblale por teléfono, me impresiona como se nos ha olvidado marcar por teléfono, si algo se puede solucionar en una llamada, porqué insistimos en que ese asunto dure todo el día mandando mensajes por whatsapp.
2. Herramienta de trabajo.
Dejar de perder tiempo en redes sociales que no te funcionan para este fin. Quita toda aplicación que no sea para vender y regálate ese espacio extra en tu celular libre para fotos y momentos para grabar con tu familia.
3. Herramienta de pisapapeles.
Date tiempo para estar, para ser, para estar presente con los tuyos y úsalo de pisapapeles, olvídate de el. Como fotógrafa todo quiero documentar en imágenes, pero de a poco, esa necesidad se ha ido y definitivamente, recordar con fotos es algo que me llena pero definitivamente me llena mas sentir cómo me miran mis hijos, cómo me abrazan, cómo cuando estamos en silencio o jugando, ESTAMOS. Hay momentos, la mayoría que no necesitan tomarse foto, necesitan justo lo que me pasó con los audios de mi suegra, necesitan quedarse en el corazón. Ayúdate a llenarte de ellos.
Si te dijera que quitándome el celular me di mas apapachos que nunca, me di tiempo para crear y me sentí mas conectada en el momento con mi familia. Sabemos por demás que nuestros hijos aprenden con el ejemplo, nos quejamos de que pasan viendo mucho tiempo aparatos y nosotras mismas no podemos dejarlos.
¡Por más días como éstos, sin celular!
Tres días después, recibí una notificación de que el modo perdido se había activado, tenia una ubicación y lo recuperé intacto, pero después de lo que aprendi, eso no es para nada importante solo me reitera en lo que creo y se los dejo aqui:
Do all the good you can, by all means you can, in all the ways you can, in all the places you can, at all the times you can, to all the people you can, as long as you ever can.
-John Wesley.